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Reflexiones en clave de agua. Pobreza y desarrollo sostenible

Seguridad hídrica: inversión en saneamiento y buen gobierno

Araceli Lozano Pulido

Ecosostenible, 13 de Mayo de 2015, Editorial Wolters Kluwer España

Con motivo del Día Mundial del Agua, reflexionamos sobre los esfuerzos, experiencias y compromisos adquiridos para la reducción de los niveles globales de pobreza para el 2015.

Próximos a la finalización de Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), tiempo para la convergencia con el objetivo de promover la unión de esfuerzos, experiencias y conocimientos para cumplir los compromisos adquiridos para la reducción de los niveles globales de pobreza para el 2015, ahora nos toca evaluar. Estamos ante una importante encrucijada y dependiendo de la reflexión y compromiso que adquiramos, podemos dar respuesta a los retos que se nos presentan. Porque estamos ante un contexto de vulnerabilidad nuevo y desconocido, el cambio climático y pese a que es innegable lo satisfactorio de los resultados y los progresos en la minimización de la pobreza, hambre y analfabetismo, aún queda mucho trabajo por hacer.

Estos ocho ODM pretendían envolver los principales aspectos necesarios para alcanzar el desarrollo. Pobreza no es solo un término económico, sino que incluyen todas las formas de ser, tener, hacer y estar en un ecosistema natural compartido con una tupida red de interacciones y dependencias que entrelazan nuestras vidas. Para desarrollarnos como personas, hemos de ser capaces de satisfacer nuestras necesidades básicas de alimentación, salud, vivienda, educación, por ejemplo, así como de disponer de tiempo suficiente para gozar de la cultura y de las artes, tener relaciones sociales enriquecedoras, hacer realidad las vocaciones legítimas en cualquier ámbito que elijamos y, asimismo, tener tiempo libre para el descanso en un entorno limpio y habitable. Y el agua, directa o indirectamente repercute en la consecución de los derechos humanos. Por ello centraremos el articulo en este recurso, porque es garantía para la consecución de una vida humana digna. Y es en el año 2010 y un importante reto es alcanzado, el reconocimiento explícito del Agua como Derecho Humano. Es un derecho el disponer de agua y saneamiento de forma suficiente y continua, saludable, aceptable, accesible y asequible para todos.

La pretensión de unos objetivos globales y de alcance universal y colectivo con propuestas de seguimiento y medición orientado con un calendario de cumplimiento era ambiciosa, en la que se obviaron la complejidad de las realidades de partida tanto nacionales como locales, asi como las sinergias del agua con los restantes objetivos no se analizaron en busca de una estrategia conjunta. Únicamente se incluyó como una meta más en el objetivo número 7, «garantizar la sostenibilidad del medio ambiente», siendo su indicador la reducción a la mitad de las personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento, cubriendo solo una mínima parte de la agenda del agua, recurso vital que promueve el bienestar humano, la prosperidad económica y la preservación ambiental.

Los resultados globales relativos al acceso al agua se presentan satisfactorios en materia de abastecimiento, alcanzando la meta fijada. Pero son todavía 748 millones de personas las que no tienen acceso a una fuente mejorada de agua potable. El incremento de la cobertura ha sido muy desigual, tanto entre barrios marginales y asentamientos formales como entre zonas rurales y urbanas. El suministro de agua a las familias en gran parte del mundo sigue siendo parte de las tareas domésticas de las que son las responsables las mujeres y las niñas. Esta pesada carga condiciona su futuro al abandonar la educación y sufrir un importante desgaste físico.

Las metas en materia de saneamiento no se han alcanzado. En la actualidad son más de 2500 millones de personas las que siguen sin acceso a instalaciones mejoradas de saneamiento y 1000 (1) millones las que se ven obligadas a practicar la defecación al aire libre. De ellas 7 de cada 10 personas viven en zonas rurales. Pero es también la contaminación difusa resultante de la agricultura y otras actividades, responsable de un serio pero no cuantificado problema para la calidad de todos los cuerpos de agua. Pese a que los muestreos y análisis de calidad no son contemplados en los indicadores, mediciones realizadas han confirmado la presencia de contaminación microbiológica de las fuentes mejoradas.

Son nuestros residuos y la forma de deshacernos de ellos los causantes de la problemática higiénico-sanitaria que aqueja a la mayoría de la población. El consumo o el contacto con aguas de calidad deficiente, como la transmisión por vectores como moscas y mosquitos, enferma a unos 4000 millones de personas en el mundo, y matan a 1,8 millones de personas, siendo el 90% menor de cinco años (2) . Las enfermedades invisibles asociadas al agua y saneamiento afectan al desarrollo físico e intelectual de los niños como al rendimiento de los adultos en sus obligaciones.

La medición basada en el acceso a un tipo de infraestructuras determinada, no contempla otros aspectos vitales como son la calidad, la frecuencia del servicio, la asequibilidad económica, la participación o la no discriminación. Objetivamente y con estos datos es difícil determinar con exactitud las personas que han escapado de la miseria tras darle acceso a agua potable o saneamiento. Y la realidad es que la desigualdad es creciente y será la forma en que lo resolvamos esta escasez de recursos vitales y como nos deshagamos de nuestros residuos un factor determinante en nuestra relación con el medio ambiente y nos capacite para salir de la pobreza.

El suministro de agua potable y saneamiento sigue siendo un desafío en muchas regiones, y las razones principales son tanto la escasez, sobrexplotación como el deterioro del recurso por la contaminación, principalmente por la falta de sistemas de saneamiento. Y es que estamos ante un planeta enfermo crónico con importantes como imprevisibles achaques, el cambio climático, que afecta a la salud ambiental global. Recientes hallazgos el IPCC indican cambios en el ciclo hidrológico y la variabilidad climática (3) . Alteraciones en las precipitaciones como la intensificación de los eventos extremos son ya una realidad. Porque desde 1992, las inundaciones, las sequías y las tormentas han afectado a 4200 milllones de personas, con costos estimados entre el año 2000 y 2010 de un trillón de dólares americanos (4) . Son fenómenos con importantes consecuencias económicas, pero también sociales y ambientales y son los países más pobres los más afectados y los peor preparados para enfrentar estos cambios, incrementando las desigualdades.

Estamos en un escenario donde el funcionamiento, las posibilidades y los límites de los ecosistemas son los responsables de asegurar nuestra supervivencia, bienestar y calidad de vida. El modo en el que todos cuidemos dicho escenario de sinergias nos garantizara la permanencia y el desarrollo. El agua está en el corazón y al situarla en el lugar que le corresponde, nos capacitara para la resolución de los desafíos que se nos presentan.

EL DESAFIO DEL AGUA

El agua está ligada al ciclo hidrológico, conjunto de engranajes ambientales subordinados para la movilización y el transporte en las distintas formas donde la intervención antrópica en distintos engranajes interfieren en el conjunto del balance. Es un recurso vital imprescindible no solo para la economía, sino también para la salud, educación, agricultura y producción alimentaria, energía, industria y otras actividades sociales y económicas dependientes de una gestión, protección y provisión de agua y saneamiento eficaz como de la prestación de servicios de suministro seguro. (5)

Nuestro principal consumo, alrededor de un 70%, es invertido en la agricultura y ganadería. La forma en que se gestiona ha provocado ya importantes cambios en los ecosistemas, alterándolos al sobreexplotar los acuíferos o contaminarlos por la utilización de abonos y pesticidas. Los cambios en la dieta, y la modificación de patrones de consumo y producción suponen también un importante impacto sobre las masas de agua. Cada día comemos entre 2000 y 5000 litros de «agua virtual», embebida en la elaboración, transporte y comercialización de la comida. Con estos patrones y ritmos de consumo, la provisión agrícola no garantiza la seguridad alimentaria (6) .

La industria y la energía juntas representan el 20% de la demanda de agua. La energía tiene importantes impactos en el alivio de la pobreza. La previsión del aumento en más de un 35% para el 2035 del consumo de energía hará que aumente el consumo de agua en un 85% (7) . El consumo restante pertenece al sector doméstico, comercial y otros servicios urbanos.

Son nuestras formas de producir y consumir, desequilibran los balances hídricos y ecosistémicos de los territorios. A medida que los países se desarrollan y las poblaciones crecen, se proyecta que la demanda potencial de agua incrementará un 55% para el año 2050 (8) , siendo el 97% del abastecimiento potencialmente utilizable para el consumo humano el suministrado por aguas subterráneas (9) , que por su situación no es accesible para muchas personas. La incapacidad de realizar el suministro hace que las personas deben recurrir a proveedores privados, mucho más caros pagando desde cinco a siete veces más. Pero se prevé que para el año 2025 dos tercios de la población mundial vivan en zonas con estrés hídrico, provocado no solo por su escasez sino por el deterioro de la calidad (10) .

También el cómo nos deshacernos de los residuos es también fundamento de ese desequilibrio, ya que entre un 65 y el 80% del agua consumida es desechada en forma de agua residual. De este porcentaje, únicamente el 20% es tratada (11) . Se han llegado a contabilizar hasta 120.000 nuevos compuestos químicos sintéticos. La naturaleza como la cantidad de productos vertidos hace que los ecosistemas y su capacidad autodepuradora no sean capaces de absorber dichas variaciones, disminuyendo su capacidad de recuperación e intensificando su degradación, alejándose de la zona de producción y llegando a sobrepasar las barreras nacionales. La contaminación se traslada a zonas lejanas de producción distribuyendo los desechos tóxicos entre el resto de la población: se trata de un problema social de responsabilidad compartida.

Son las aguas residuales las principales responsables de la contaminación y transmisora de enfermedades. El agua de calidad y el saneamiento mejorado conlleva ventajas no solo para la salud personal, sino que incide en la salud pública, en los medios de vida y la dignidad de familias y comunidades. La adecuada eliminación y depuración de las aguas residuales contribuye a mejorar el ecosistema y a rebajar las presiones sobre unos recursos hídricos escasos, impide la contaminación de los acuíferos y minimizar el coste de tratamiento del agua para el abastecimiento. En un estudio realizado por la OMS en ciertos países, las pérdidas económicas a raíz de la provisión inadecuada de agua y saneamiento asciende al 1.5% del PIB. (12)

HACIA SOCIEDADES RESILENTES AL CAMBIO

Son las sociedades y la forma en la que viven y se gestionan las garantes de la sostenibilidad ambiental. Su capacidad y autonomía minimizarían los problemas estructurales históricos que mantienen y retroalimenta la situación de dependencia.

El agua y sus servicios relacionados son imprescindibles para garantizar la integridad del medio ambiente, jugando un papel clave en el fortalecimiento de la resiliencia de los sistemas sociales, económicos y ambientales. Porque las personas sanas tienen acceso universal a agua potable segura, saneamiento e higiene y viven en un entorno limpio y agradable. El que es ahora nuestro punto de partida es el reconocimiento del agua «en el centro del desarrollos, sostenible, ya que está estrechamente relacionada con una serie de retos globales clave» (13) , estar en el corazón de la adaptación al cambio climático al ser vínculo crucial entre el sistema climático, la sociedad humana y el medio ambiente y se parte distinguida en la eliminación de la pobreza como el motor del desarrollo humano.

El equilibrio entre los usos competitivos y los usuarios del agua para satisfacer las necesidades humanas básicas, las necesidades productivas y mantener los ecosistemas se convierte en prioridad. Es por ello un imperativo el preservar y proteger la calidad de estas para no exacerbar aún más las desigualdades que los riesgos de este escenario ya nos plantea.

Las decisiones sociales, políticas y económicas deben tomarse buscando un equilibrio y distribución justa de los recursos naturales y teniendo en cuenta los límites biofísicos del medio ambiente. En la Gestión Integrada de Recursos Hídricos cobran relevancia factores como los cambios demográficos, movilidad y factores climáticos. Porque cuando la cooperación falla o se rompe son los las partes más desfavorecidas y vulnerables las que pierden.

Planes para el abastecimiento y saneamiento han de priorizar la reducción y ahorro, la gestión de la demanda, la utilización de tecnologías apropiadas, la eficiencia energética, el tratamiento de aguas residuales y la reutilización, formando parte de planes más amplios con enfoques holísticos y multisectoriales globales.

El suministro, tratamiento como depuración de las aguas es realizada mediante infraestructura y tecnología, cuya correcta planificación del total de su ciclo de vida adaptada a la realidad de los usuarios que la utilizan, son los condicionantes para el correcto funcionamiento. Más tecnología no es garante del funcionamiento de la instalación. El technological copy paste model norte-sur se demuestra fracasado con el bajo rendimiento o abandono de las instalaciones, puesto que la dependencia por diferentes circunstancias es difícil de mantener. Es imprescindible la gestión sostenible, eficiente y equitativa del agua y saneamiento que permita la continuidad de los proyectos y facilite la gobernanza, para lo cual tienen que estar implicadas todas las instituciones. La filosofía del Bussiness as usual está desfasada y hemos de avanzar hacia soluciones más realistas, incluso creativas que nos permitan nuevos enfoques para el abordaje de la realidad. Una mejor gobernanza podría hacer rendir más los presupuestos públicos para el agua, hasta en un 30%, reducir los costos de la infraestructura o aumentar la capacidad adquirida con una inversión determinada. La disminución de la corrupción evita que se desvíen entre un 10 y un 30% de las finanzas (14) . Los beneficios se acumulan en términos de inversión, empleos y producción final.

Los costos de la gobernanza son difíciles de medir en términos económicos y financieros ya que involucran cambios en políticas, leyes y reglamentos, creación de instituciones y estructuras. La sostenibilidad sigue siendo un desafío y son necesarias mejoras en la regulación, el monitoreo, la recolección de tarifas por servicio, la gestión de los procesos de adquisición, la recopilación y difusión de la los datos necesarios para la investigación como el seguimiento de avances y la información, además del fortalecimiento de la capacidad de los operadores. Porque la investigación es sinónimo de desarrollo, impulsando la innovación tecnológica y reducir el costo de las tecnologías eficientes y sostenibles, más robustas frente a las realidades previstas.

No solo son los grandes proyectos los que agregan valor a la economía nacional, la realidad local y sus soluciones son también agregadores de valor que han de ser tenidos en cuenta. Las soluciones participativas desde lo local garantizan la sostenibilidad de la infraestructura y su gestión.

La prevención de la contaminación de los recursos hídricos a través de la reducción o la eliminación de contaminantes en el origen es una estrategia que ahorra coste y la más barata, fácil y eficaz de conservar la calidad del agua. La prevención como hábito implica reducir y eliminar el uso de sustancias nocivas y agentes contaminantes, aumentando la utilización de productos biodegradables. Trabajando en la reducción de optimizamos la construcción de infraestructuras.

Proteger la calidad de las aguas de todas las fuentes de contaminación es requisito para el desarrollo sostenible, el bienestar humano y la salud del ecosistema Pero no solo es un reto para los gestores del agua sino también para la sociedad en su conjunto. Infraestructuras verdes para el agua y alcantarillado son soluciones rentables, como podría ser proteger una hectárea con humedales produce 4.177 dólares anuales en costos de tratamiento de agua evitados además de otros 10.000 en otras categorías de ecoservicios (15) . Los beneficios ecosistémicos se traducen en beneficios económicos.

El conocimiento y la educación son también estrategia para el ahorro de agua y la eficiencia de los consumos y cuidado de nuestro entorno. Porque el conocimiento nos permite responsabilizarnos de lo que ocurre en nuestro entorno y son nuestros patrones de consumo los responsables de la degradación de un gran número de ecosistemas e importantes presiones sobre los recursos hídricos.

Nuestros hábitos diarios como personas son garantía de desarrollo sostenible con el consumo de productos locales, agricultura ecológica, la minimización de consumos de agua, energía, productos cárnicos, manufacturas…

Desde lo local podemos resolver realidades domesticas de género, porque el agua unifica a las mujeres en torno a unas necesidades e intereses. Y son sus voces, opiniones y experiencias imprescindibles para la toma de decisiones: es necesario conocer sus necesidades y preocupaciones. Esto permite multiplicar por seis o siete la eficiencia de los proyectos.

El saneamiento como la depuración siguen siendo la gran asignatura pendiente, y hemos de eliminar los tabúes relacionados con el saneamiento y concederle prioridad. La gestión de aguas residuales desempeña un papel claro en el logro de la seguridad hídrica futura en el mundo. Cada dólar gastado en saneamiento supone un retorno de hasta 5,5 dólares por el simple hecho de mantener una población sana y productiva (16) y aumenta en 6.35$ la producción privada (PIB) (17) . No hacer nada en el área de saneamiento ya cuesta muchas vidas. Mejorar la higiene ya individualmente constituye una de las intervenciones en salud pública que mejores resultados ofrece en relación al costo. Además incluye mayor resiliencia ante los desastres relacionados con la contaminación y menor incidencia de enfermedades.

Porque la erradicación de la pobreza se presenta como uno de los principales desafíos y requisito indispensable para el desarrollo sostenible y la mejora de la calidad del agua, transformándose en una prioridad como en un reto. No hemos de olvidar que no estamos solo ante una crisis del recurso, es una auténtica crisis ambiental y social.

La visión global junto con las herramientas y los conocimientos que disponemos son clave y como los utilicemos nos facilitara nuestra capacidad de acción. Es por ello, en el marco post 2015 se precisan nuevos y más ambiciosos compromisos para desarrollar acciones centradas y coherentes con el derecho humano al agua y saneamiento y desarrollo sostenible.

Es preciso una acción convergente y movilizadora de voluntades para la acción, la cooperación y el compromiso de todas las partes implicadas: gobierno, organizaciones internacionales, sector privado, sociedad civil y académica. Es preciso superar las barreras entre los respectivos dominios porque tanto el conocimiento y la destreza son básicos en busca de soluciones más eficientes y equitativas para la prestación de servicios. La firma de acuerdos necesita de disposiciones de supervisión, mecanismos que se apliquen para hacerlos cumplir y disposiciones específicas acerca de la asignación de recursos, la denuncia y la participación en la toma de decisiones.

Este año 2015, es un año que se pretende clave para el cambio de paradigma mundial, cambio que se pretende abordar de forma transdisciplinar comprendiendo las sinergias con otras áreas o intereses: agua, derechos humanos, igualdad, equidad y sostenibilidad son clave para gozar de un auténtico desarrollo. Comenzamos así con la nueva agenda: los objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) donde se promueva la gestión integrada del agua, la tierra y sus recursos.

Y dado que el agua y saneamiento puntos clave que permite soluciones tangibles, prácticas y alcanzables a los problemas principales de desarrollo, es vital su implementación como objetivo global para el agua es apoyado por una serie de metas coherentes, cohesivas y que se apuntalan mutualmente para la consecución de un logro global y armonizado donde la gestión del agua cubra las necesidades reales, porque un mundo sostenible y sin pobreza es un mundo con seguridad hídrica (18) .

http://www.ibtimes.co.uk/world-water-day-2015-photos-make-you-think-twice-about-wasting-this-precious-resource-1492907

(1)

Avances en Saneamiento y Agua Potable. Actualización de 2013. Programa de monitoreo conjunto OMS-UNICEF.

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(2)

UNICEF-OMS.

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(3)

IPCC, 2013: Resumen para formuladores de políticas. En el Cambio climático 2013. Base de Ciencias físicas.

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(4)

Documento final Río+20.

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(5)

Un objetivo global para el agua Post-2015: síntesis de las principales conclusiones y recomendaciones de ONU-agua.

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(6)

Resumen de la conferencia. El agua en la economía verde en la práctica. UNW-DPAC, 2011.

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(7)

Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo 4. Volumen 1: Gestionar el agua en un contexto de incertidumbre y riesgo. WWAP, 2012 Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo 3. El agua en un mundo en constante cambio. WWAP, 2009. Iniciativa Energía Sedienta del Banco Mundial, 2014.

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(8)

OCDE(2012): Perspectivas ambientales para el 2050.

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(9)

ARGOSS.

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(10)

UN-Water.

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(11)

Agua enferma.

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(12)

OMS (2012) Costos y beneficios globales de las intervenciones en abastecimiento y saneamiento de agua potable para alcanzar la meta ODM y la cobertura universal.

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(13)

Conferencia de NNUU sobre Desarrollo Sostenible, (Río+20)

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(14)

Informe sobre la corrupción global del 2008

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(15)

Krop R, C Hernick y C Franz. Inversión de los gobiernos locales en infraestructuras municipales de agua y alcantarillado: agregando valor a la economía nacional.

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(16)

OMS/UNICEF Programa Conjunto de Monitoreo para el Abastecimiento de Agua y Saneamiento.

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(17)

Krop R, C Hernick y C Franz. Inversión de los gobiernos locales en infraestructuras municipales de agua y alcantarillado: agregando valor a la economía nacional.

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(18)

http://www.budapestwatersummit.hu/

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